dc.description.abstract | Las organizaciones son creadas con un objetivo. En la mayoría de los
casos, el de obtener dividendos, desde un punto de vista financiero, a partir del
capital que se invierte y que es necesario para echar a andar un negocio, y los
cuales serán la retribución de un inversionista por el riesgo que asume al invertir
su contenido económico. Otras surgen a partir de una necesidad insatisfecha que
se ha identificado en la sociedad o en un grupo específico de la misma, que
justifica su creación, a partir del deseo o la necesidad de ayudar a llenar o
satisfacer, total o parcialmente, la necesidad detectada.
Sea cual sea el origen de una organización, todas tienen algo en común:
son conformadas por individuos; de forma que quienes las dirigen no pueden
abstraerse de las implicaciones en su productividad que los aspectos relacionados
con la naturaleza propia de estos individuos tienen. De acuerdo con Stephen
Covey, la sociedad actual ha dejado atrás la era industrial para introducirse en la
era del conocimiento, en la cual los individuos juegan un papel mucho más
preponderante que en el pasado reciente. De este modo, el reconocimiento de
que los individuos piensan y deciden por si mismos, y en consecuencia pueden
brindar grandes aportes al desempeño organizacional, tiene una preponderancia
impensada hasta hace pocas décadas; el planeamiento estratégico debe
responder a la necesidad de crear las condiciones necesarias para que las
personas encuentren en su organización un lugar donde expresar su valor y
brindar sus aportes, maximizando de este modo los resultados globales, esto es,
aumentando la productividad organizacional.
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El concepto de productividad es fundamental pues establece un modelo de
medición y evaluación del uso que se le da a los recursos que se requieren para
operar o hacer funcionar las organizaciones y de la habilidad para ponerlos a
funcionar de una forma conjunta y ordenada, con la finalidad de lograr un
resultado esperado. El presente documento surge de la inquietud del autor con
respecto a cómo los aspectos humanos pueden impactar la productividad de una
organización, a sabiendas de que no son los únicos que pueden afectarla. En la
medida en que se puedan establecer relaciones causales entre los aspectos
humanos y la productividad, los directivos podrían y deberían definir y ejecutar
medidas concretas que contribuyana que tales aspectos repercutan positivamente
en los resultados obtenidos. | es_MX |