dc.description.abstract | La problemática que ha surgido en torno de la Teoría de las Inteligencias Múltiples (de ahora en adelante teoría IM) llama la atención como uno de los fenómenos más llamativos en el campo de la educación el día de hoy. Numerosas publicaciones, vídeos, audios y productos diversos relacionados con la teoría (cfr. Gardner, 2001: 227-253) vienen a sumarse a los escritos del mismo Howard Gardner, sin mencionar la lista interminable de trabajos informales que aparecerán en cualquier búsqueda en el internet. Por otra parte, los abundantes programas y proyectos de investigación basados en ella dan fe de que la teoría IM se puede considerar como una empresa en expansión (cfr. Gardner, 2001: 255-262). Pero una mirada hacia la literatura especializada en la inteligencia y la cognición nos revela un panorama mucho más accidentado, que se extiende desde la omisión total (Whiten y
Byrne, 1997:2-3), pasando por menciones pasajeras (Pinker, 2003: 328) y resúmenes
bastante reducidos (Cianciolo y Sternberg, 2004: 26-7) hasta posiciones críticas (Richardson, 1991: 82-3) o francamente negativas (Matthews et al. , 2004: 120-123; Willingham, 2004). ¿Cómo explicar esta dicotomía? Resultan intrigantes las posibles soluciones: ¿una
conspiración de parte de científicos malignos para privar a los educadores de uno de sus mayores hallazgos?; ¿una especie de “alergia teórica” de un gremio entero? También resulta inquietante la reflexión de que quizá a fin de cuentas la validez científica de la teoría no tenga mucha importancia: si en su nombre se han hecho innovaciones positivas ¿qué importa la fundamentación científica? | es_MX |