dc.description.abstract | La persona es particularmente un ser social. A través de la relación que establece con los
otros individuos satisface la mayoría de sus necesidades, deseos y aprende diversas
formas de comportamiento. La manera en que se desenvuelve en sociedad está
determinada por las estructuras sociales del ambiente en que vive, las cuales forman
modelos de conducta para cada miembro de la sociedad, esto se lleva a cabo por medio
del aprendizaje (Jiménez, 2006).
La interacción de las personas con el ambiente que los rodea se encuentra mediatizada
por las varias posiciones que ocupan en los diversos grupos, categorías y tareas sociales.
De esta forma, el proceso de socialización comienza y se perpetúa en los distintos grupos
sociales a los cuales están adscritos cada uno de los miembros de la sociedad: la familia,
las organizaciones sociales y religiosas, la escuela, el grupo de pares (Jiménez, 2006).
En ese proceso de socialización pueden aparecer conflictos de distinta naturaleza entre
los miembros de un conglomerado social. Aunque la violencia entre los seres humanos no
es un tema que se caracterice por su novedad, en tanto su presencia data desde la
existencia misma de las personas sobre la faz de la tierra, lo que sí es cierto es la
permanencia a lo largo de la historia de grupos que, a menudo, son los más golpeados por
el fenómeno de la violencia. Entre ellos se encuentran las mujeres, las personas con
discapacidad, los adultos mayores y los niños, víctimas recurrentes de una sociedad que, en ocasiones, ha permanecido impávida ante la arremetida que la violencia significa para
estos grupos. | es_MX |