Análisis sobre las condiciones socio laborales de personas VIH positivas en una muestra cualitativa durante los meses de julio y agosto de 2010.
Resumen
A lo largo de la historia humana es frecuente comprobar cómo las sociedades construyen estigmas que imponen a individuos de forma que pasan a ser considerados indeseables, lo que conduce a acciones de exclusión por parte de los otros, en la forma de rechazo, aislamiento e incluso exterminio. El estigma significa la negación parcial o total de los derechos humanos a ciertas personas, quienes a menudo interiorizan esta violencia radical, en detrimento de la construcción de su identidad personal.
Tal fue el caso del leproso en sociedades antiguas, del enfermo mental en épocas más recientes y, ahora, del portador de VIH. El estigma social le estereotipa, le desacredita y le devalúa. Esta discriminación conduce frecuentemente a la violación continua de sus derechos más básicos como ser humano, como empleo, vivienda, educación, salud y, por lo tanto, el derecho a la vida misma.
Se sigue la necesidad de insistir en la cobertura universal de los instrumentos de derechos humanos para la población con VIH, instrumentos que promueven una sociedad inclusiva donde se reconoce que la libertad e igualdad entre seres humanos conduce a la solidaridad humana.