Apoyo familiar dieta y costumbres como factores que influyen en la descompensación del paciente diabético área de salud de Nicoya primer semestre del 2004
Fecha
2013-11-20Autor
Obando Briceño, Aleyda
Orozco Solano, Johnny
Metadatos
Mostrar el registro completo del ítemResumen
El sistema de salud costarricense puso en práctica, en 1994, dentro de la implementación del proyecto de Reforma del Sector Salud, los principios básicos de una política de aumento de la eficiencia y productividad de los servicios de salud 1 eliminando duplicidades, descentralizando la administración, aumentado la participación social del sector privado. Mejorando la capacidad gerencial y financiera del Sector Salud.
Este proyecto de reforma propone un modelo de atención cuyo eje central es la atención integral. Pretende garantizar a todos los usuarios, bajo un concepto de universalidad y solidaridad, el derecho a la atención básica para protegerlos del riesgo de enfermar, así como facilitarles las condiciones básicas para el pleno desarrollo de sus potencialidades y el logro de sus aspiraciones.
Este modelo definió tres niveles de atención, a saber un primer nivel de atención preventiva, conformado por lo que actualmente se conoce como EBAIS y clínicas periféricas, un segundo nivel de atención constituido por los hospitales periféricos y regionales, encargado de la atención ambulatoria y hospitalización de los pacientes de toda su área de atracción y un tercer nivel de atención especializada, conformado
por los hospitales nacionales.
El primer nivel de atención (Medicina general y de comunidad para efectos prácticos)
ofrecería servicios básicos de salud constituidos por el Plan de Atención Primaria, cuyos proveedores serían los Equipos Básicos de Atención en Salud (EBAIS). Dentro de las funciones del EBAIS, Jiménez Navarrete (14) manifiesta que se debe “brindar atención integral a la salud de las personas en los diferentes ambientes humanos (familia, comunal, educativo, laboral y los servicios de atención) a partir de
prioridades nacionales y locales y recursos existentes para mantener y mejorar la salud de la población”.
La CCSS propone, según Jiménez Navarrete (14), la metodología de la atención integral como “el abordaje de las diferentes necesidades y problemas de salud de los individuos, familias o comunidades, en una sociedad concreta, que define las condiciones de vida, perfilando un nivel de salud en los grupos sociales que la conforman. Este abordaje particularizado se hace a través de actividades y tareas
de promoción, prevención, mantenimiento y recuperación, ejecutadas por el equipo de salud, la comunidad y demás actores sociales”.
Dentro de las estrategias para lograr la atención integral en salud, se definen las modalidades de atención individual, grupal y colectiva, todas complementarias y no excluyentes, en donde las acciones de salud se ejecutan en cinco escenarios de acción definidos para el quehacer en salud (niño, adolescencia, mujer, adulto y adulto mayor). Como parte de las normas de atención del adulto se indaga la
presencia de enfermedades crónicas a través del tamizaje para diabetes e hipertensión arterial.
Desde hace algún tiempo y en forma constante se realizan estudios acerca de la calidad de atención y la forma en que ayudan los niveles de glicemia para el tratamiento y control de este tipo de usuario.